martes, 29 de marzo de 2016

El control de esfínteres

        El control de esfínteres es una de las primeras exigencias a las que debe enfrentarse el niño para estar socialmente integrado y aceptado, hemos de procurar que cuando el niño se incorpore a la escuela de 3 años sepa ya controlarlos. Para ello tiene que estar maduro y nosotros ir buscando el momento adecuado. Aproximadamente es hacia los dos años cuando los niños están preparados para dar este salto, es verdad que todos no maduran al mismo momento y que hay algunas diferencias entre los niños y las niñas. Para realizar el control de esfínteres deben darse estos requisitos:
  • Adecuada madurez física.
  • Adecuada madurez psíquica.
  • Adecuada madurez afectiva, social y emocional.
  • Una predisposición clara de llevar a cabo el proceso de la escuela infantil y de los padres y asumir todo lo que conlleva este proceso.
     En líneas generales primero controlan la caca y luego el pis y antes la orina diurna que la nocturna. En el proceso de control de esfínteres podemos distinguir tres etapas:
  1. El niño es capaz de decirnos que se ha hecho caca o pipí en los pañales.En este momento debemos felicitarle por saber comunicárnoslo y cambiarle. Le iremos enseñando que su pañal va a la basura y que va a estar otra vez limpio.
  2. El niño es capaz de transmitir los momentos previos a  hacerse caca o pis, pero todavía no es capaz de contenerse. Nuestra reacción no debe ser la carrera porque no se haga sus necesidades en el pañal, hay que dejarle solo y luego cambiarle y animarle a que avise la próxima vez.
  3. En esta fase el niño es capaz de retener y decidir cuando hace caca o pipí. Nuestra actuación será de llevarle al WC, al orinal y que se siente. Después hacerle ver lo bien que lo ha hecho y que es capaz de conseguirlo. Mientras utiliza el orinal no estará viendo la televisión o jugando con algún videojuego o teléfono. Si alguna vez se le escapa el pipí no debemos crear una situación dramática.
      En cualquier caso no debemos ridiculizar al niño delante de otros y siempre elogiaremos sus progresos.

      El momento idóneo para empezar este progreso lo decidiremos entre padres y educadores; lo llevaremos a cabo de manera coordinada y tendremos que ser constantes en las decisiones tomadas.