Hace
unos cien años que en Estados Unidos surgió una corriente pediátrica de
carácter conservador, la cual
recomendaba la retirada del chupete porque se malcriaba a los niños.
Tampoco debía dejarse que los niños succionaran su dedo.
En los tiempos actuales se piensa
que la succión del pulgar es un buen indicio del desarrollo madurativo del
bebé. La antropóloga Margaret Mead observó que los niños de las tribus donde
las madres les daban de mamar cuando los niños se lo pedían se chupaban menos
el dedo que los niños occidentales, los cuales mamaban según un horario
establecido por sus madres.
La succión proporciona a los niños
placer y los tranquiliza, además de fortalecer los músculos de la masticación.
Por ello se recomienda que aunque se vaya introduciendo a partir del sexto mes
la alimentación con cuchara, es conveniente que los niños sigan tomando leche
del pecho materno o con el biberón. Si no se le permite chuparse el dedo, los
niños usan su oso de peluche, la punta de una sábana u otro objeto. Cuando
pasan los dos años de edad va declinando espontáneamente la succión.
En cuanto al uso del chupete, hay
pediatras que no son partidarios y otros que sí.
Las
personas que no son partidarias dicen que es sucio, antihigiénico, poco estético,
crea malos hábitos, produce deformaciones en el paladar, otitis, etc.
Si el chupete se cae y se ensucia,
lo correcto es lavarlo y esterilizarlo. Se puede llevar alguno de repuesto y en
ningún caso chuparlo el padre o la madre y luego ponérselo a su hijo.
Los niños, en su desarrollo normal,
irán dejando el deseo de chupar de forma espontánea. Si se llega a los cuatro
años y persiste la succión del pulgar habrá que ir solucionando el tema ya que
puede influir en la dentición y en el desarrollo del lenguaje oral.
¿Cuándo y cómo dejar el
chupete?
El uso del chupete ayuda a calmarse,
a conciliar el sueño y la siesta, reduce el estrés y el dolor.
No hay una regla general ya que hay niños
que lo dejan muy temprano y otros lo necesitan durante mucho más tiempo. En
cualquier caso, pasados los dos años parece ser que es la hora de ir dejando el
chupete.
-Hay que ir retirándolo poco a poco, porque
en un momento necesario podemos necesitarlo.
-No hay que reemplazarlo por un biberón o
algo azucarado.
-Primero ir retirándolo por el día, luego poco
a poco por la noche y por la siesta.
-No hay que asustarle de que se lo ha
llevado una bruja o similar. Para mejorar su autoestima podemos indicarle que
otro niño más pequeño puede necesitarlo o que se ha olvidado en casa del
familiar donde estuvieron.
En la revista “Ser Padres” hay un
artículo titulado ¿Hay una edad límite para dejar el chupete?, realizado por
Iván Moreno, que os puede servir de orientación. Este artículo lo podéis
encontrar en internet.